La actividad física debe formar parte de la vida del niño

Es muy recomendable que los niños realicen actividad física de forma habitual, que esta forme parte de su estilo de vida y que disminuyan el sedentarismo.
Un estilo de vida físicamente activo en la infancia es una buena forma de prevención de ciertas enfermedades crónicas muy frecuentes en la edad adulta, como la obesidad, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer, los problemas músculo-esqueléticos y los problemas de salud mental. Por otro lado, también se sabe que el sedentarismo es un factor de riesgo para estas mismas enfermedades, así que la actividad física regular y la disminución del sedentarismo son un pilar importante para la salud en la infancia.
Los hábitos saludables que se inician durante la infancia son más fáciles de mantener en la edad adulta.
Para que la actividad física sea saludable, es importante que sea regular, es decir, que forme parte de la actividad diaria. La actividad física realizada de forma esporádica no alcanza los beneficios en salud que se obtienen con una actividad física regular, pero de una forma u otra, cualquier tipo y cantidad de actividad física ayuda a combatir el sedentarismo.

¿Qué tipo de ejercicio es recomendable para un niño, en función de su edad?

Se dan aquí algunas ideas prácticas, ¡incluso para lactantes!
Lactantes: Juegos en el suelo o en el agua. Movimientos de brazos y piernas, buscar y coger objetos, girar la cabeza, tirar, empujar y jugar con otras personas, patear, gatear, ponerse de pie, arrastrarse y andar.
Preescolares (hasta 5 años): Andar, ir en bicicleta, columpiarse, correr, juegos, saltar y actividades en el agua.
Escolares y adolescentes: Actividad física moderada-intensa al menos una hora al día y todos los días de la semana, intercalando ejercicios vigorosos para el fortalecimiento muscular y óseo tres veces a la semana. Una cantidad o intensidad menor también puede ser saludable, porque disminuye el sedentarismo.
A cualquier edad es necesario minimizar el sedentarismo. El riesgo de que la inactividad infantil cause problemas de salud en la edad adulta es muy alto.

Este tipo de actividades tienen que iniciarse en la niñez, si queremos que se mantengan en la edad adulta.
Algunas sugerencias:
Disminuir el tiempo en sillas de transporte, ir caminando al colegio.
Reducir el tiempo frente al televisor, ordenadores y videojuegos.
Incorporar a los niños en tareas domésticas que precisen actividad física.
Para todos estos cambios es fundamental la implicación familiar y el cambio de hábitos también en los padres, que deben dar ejemplo con un estilo de vida activo.

 

Consejos para prevenir las enfermedades respiratorias

• El ambiente frío y la contaminación juegan un rol importante en la aparición de enfermedades respiratorias durante el invierno. El resfrío común, influenza, bronquitis, faringitis, hasta neumonías y neumonitis, son las enfermedades que año a año afectan a los chilenos durante esta época.

• Los adultos mayores y los niños pequeños son los más perjudicados, donde el virus sincicial es el más común entre los menores, de hecho, las infecciones respiratorias agudas en ellos son las causas más frecuentes de consultas médicas.
1.-Vacunarse. Los adultos mayores de 65 años deben sí o sí vacunarse contra la influenza, ya que tienen mayor probabilidad de contraer este virus. Para la neumonía, la vacuna se coloca a personas de 60 años o más. Ambas son gratuitas en los consultorios y ayudan a prevenir complicaciones secundarias asociadas. En el caso de los niños, deben mantener sus vacunas al día, especialmente si han sido prematuros, y se recomienda la vacunación para el virus influenza desde los 6 a los 23 meses.
2.-Lavarse las manos varias veces al día, especialmente después de entrar en contacto con secreciones (luego de limpiarse la nariz).
3.-Cubrirse la boca y la nariz con el antebrazo al estornudar.
4.-Evitar espacios públicos con aglomeraciones, como centros comerciales y supermercados. Por lo mismo, acudir a los centros hospitalarios solo si es necesario.
5.-Evitar el contacto con personas enfermas.
6.-Ventilar diariamente los espacios (casa y oficina) es clave en la prevención.
7.-Mantener los espacios sin humedad. No seque ropa al interior de la casa.
8.-Evitar los cambios drásticos de temperatura.
9.-Utilizar ropa adecuada para protegerse del frío, como bufandas, gorros, parkas y guantes.
10.-Cubrir la boca y la nariz de los niños al salir cuando se enfrentan a cambios bruscos de temperatura